Todo el mundo tiene esa pequeña cicatriz en la rodilla. Esa cicatriz que tanto nos hizo llorar en su día, y ahora, ni tan siquiera la miramos.
Y no la miramos porque no queremos, si no porque ni tan solo nos acordamos,esa cicatriz, que en su día, fue una herida abierta, que sangró, que nos hizo llorar y cojear hasta llegar a casa para curarla. Ahora no duele, ha cicatrizado por completo.
Y así es señores, cualquier herida acaba cicatrizando, porque no hay herida que el tiempo no cure,tal vez tarde más o menos, pero la mayoría, quedan en nuestro recuerdo.
Solo hay que ser fuerte, y esperar a que cicatrice.
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